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miércoles, 31 de diciembre de 2008

LA MADRE NATURALEZA

En estos días navideños comemos demasiado, y después, se ponen aquellos quilos que luego cuestan sudor y lágrimas de bajar. Por eso, como tenemos complejo de culpabilidad, en aquellas jornadas no festivas, decidimos darnos un respiro, caminar un poco y dejar esa vida tan sedentaria que llevamos. Uno de esos días, mi marido y yo decidimos hacer un poco de ejercicio, y nos fuimos por la montaña a bajar calorías. Como esta labor no la realizamos muy a menudo, nos cansamos enseguida, así es que decidimos pararnos en una roca y mirar el paisaje. Cuando te pones a observar la naturaleza, la verdad es que te quedas boquiabierta de ver la grandiosidad que te rodea. Esos árboles, esas montañas, son algo tan maravilloso, que te sientes que formas parte de ella. Aquí es donde se encuentra la esencia del hombre. No me extraña que Jesucristo según dicen se retirara a la montaña a encontrarse con Dios y hablar con él de tú a tú. Seguramente es el único lugar donde te encuentras a ti mismo, y hay un silencio tan grande, que podemos escuchar la voz del creador; y si es así, ¿qué más nos hace falta?.

10 comentarios:

M.A dijo...

Muy cierto, Carmen. La naturaleza nos habla, nos enseña, nos perfuma, nos hipnotiza... Y ahí, siempre está la marca del Creador; sin duda.
Feliz año nuevo y deja los kilos para cuando pasen las fechas.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Ya, ya. Lo malo es que después se te ponen y no se te quitan.
Feliz año nuevo a tí también.
Un beso

Anónimo dijo...

CARMENNN!!!

¡FELIZ NOCHEVIEJA 2008!

¡El que no pueda con las uvas que pruebe con aceitunas...!

¡Últimos saludos, besos y abrazos del 2008!

¡VIVA LA PEPAAA...!

XoseAntón dijo...

¿Un secreto, Carmen, te cuento un secreto? Venga, sí, que lo estoy desando.

De pequeño me gustaba mucho subir al monte, iba solo y pasaba horas y horas allí en la cima mirando. No sabía qué, pero disfrutaba. También he pasado noches, escondido, me escapaba de casa e iba a dormir bajo las estrellasl. Pero eso era cuando en casa sonaban "truenos y rayos", o eso me parecía a mí, porque lo cierto es que mi madre amenazaba, pero lo que se dice pegar, pegar; nada. A veces parecía que le dolía más a ella, hoy estoy seguro de que así era.

Feliz Año y a ejercitarse, que el monte nunca pierde su encanto. Ánimo y arriba, disfrutadlo cuanto podáis.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Gracias Mimo, igualmente para tí, feliz 2009.
XoseAntón, la verdad es que subo poco a la montaña, y tendría que hacerlo más para disfrutar de esos sentimientos encontrados.
Feliz año 2009

Marinel dijo...

La naturaleza es majestuosa y en cualquier rincón te puedes encontrar con el amigo más sublime que tod@s tenemos...el interior...
Así es como mejor comprendemos el transcurso de la vida, en la unión infinita y sobrecogedora con la naturaleza espléndida...
A la que por cierto no cuidamos como merece,¿no teparece?
Te deseo un nuevo año maravilloso,lleno de proyectos realizados y salud para disfrutarlos.
Besos.
¡Ah! y no te obsesiones con esos quilos,pues seguro que con la rutina desaparecerán.

Anónimo dijo...

Es el unico sitio donde te puedes encontrar a ti mismo, rodeado de esa belleza, de ese silencio, de esa libertad,y donde poder abandonar esos kilitos que en estos dias nos sobran a todos.
Un abrazo.

Felisa Moreno dijo...

A mi me gusta mucho el campo, no en vano, soy de pueblo. No sé que haría si perdiera de vista mis olivos, que peinan las colinas a rayas. Me encanta pasear y detenerme a contemplar el paisaje, me ayuda a reflexionar.

Bonito paisaje el que nos dejas, y feliz año nuevo.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Gracias Marinel, Estela y Felisa por pasaros por aquí. Lo de los quilos ya hablaremos mañana, ahora estoy disfrutando de este último día de fiesta. La naturaleza tiene eso, te hace perder el mundo de vista y dejarte llevar por todo lo que ves y lo que escuchas.

Anónimo dijo...

Que afortunada Carmen, tener una montaña a donde subir para disfrutar el sonido del silencio!

En mi tierra natal, Asturias, solía pasear por los márgenes del acantilado. Aquí en Madrid, me cuesta encontrar un lugar solitario por el que dar un paseo.

Con respecto a los kilos de más... pobrecitos, porque los voy a echar, se van a sentir muy solitos ellos jajaja.

Un fuerte abrazo